Todos los que hayan trabajado en una oficina de obra habrán tratado con estos compañeros que se pasan el día en el campo, suelen ser tipos duros, curtidos por el sol, su trabajo marcando puntos para producción o comprobando para la asistencia técnica les mantiene todo el día fuera de la oficina. Ellos van a su rollo y en ocasiones provocan recelos y envidias, los chupatintas que tienen alergia al barro y al polvo, que no mueven su culo de la mesa del despacho mas que para acompañar al jefe a tomar café suelen ser los que menos les entienden. La suerte que tienen mis amigos los topógrafos es que los "camineros" suelen dejarles en paz, he conocido pocos ingenieros de caminos que tengan algo de idea de topografía y como no saben dejan a nuestros amigos tranquilos y no se meten en su trabajo, no nos ocurre lo mismo a los demás, siempre tenemos que sufrir al tonto de turno.
En la última obra que estuve me encontré con un argentino que no consideraba como técnicos a los ingenieros técnicos en topografía, para él estaban un escalón por debajo de los demás. Este personaje ocultaba su falta de experiencia e ineptitud con despotismo y terror, pero eso formará parte de un nuevo capítulo en el que hable de los jefes ineptos y de los pelotas que les orbitan.
Para terminar un recuerdo a todos mis amigos topógrafos, empezando por mis hermanos Alberto y Pablo a Juan Carlos de la Hoz, Juancarlitros para los amigos, que es el que sale en el vídeo y para Gerardo Cañizares, la Gerarda, del que hace mucho tiempo que no se nada.
Muchas gracias compañeros, seguiremos buscando ese escondite cerca de la obra para tomarnos ese café a las diez de la mañana o esa cerveza a la una de la tarde que siempre sienta tan bien.
